Mantente lejos de esta gente…

Todos conocemos por lo menos a una persona de esas que, casi en calidad de experto, tiene la habilidad de hacernos dudar de nuestras mejores intenciones, o de nuestras mayores certezas al grado de echarnos a perder el día: Personas tóxicas

Lorena Burgos Bishop

Licenciada en psicología

6 Artículos


7 de junio de 2019

Los seres humanos tenemos una característica muy especial: La necesidad de socializar, de comunicarnos, de estar en familias, de tener amigos. Quien más, quien menos, todos normalmente disfrutamos estar con otros. Ya que, en compañía de otros, las cargas se hacen más ligeras, las alegrías más intensas, los dolores más soportables, las buenas noticias, una fiesta, y cualquier ocasión una excusa para compartir.

Pero, siempre hay un “pero”, casi en cada familia o grupo no falta ese individuo que tiene la especialidad de echarle sal al postre. 

Todos conocemos por lo menos a una persona de esas que, casi en calidad de experto, tiene la habilidad de hacernos dudar de nuestras mejores intenciones, o de nuestras mayores certezas al grado de echarnos a perder el día.

Podemos hacer una larga lista de rasgos tóxicos de personalidad, están los quejosos, los envidiosos, los celosos, los egocéntricos, los chismosos, los criticones, los negativos, los vanidosos, los egocéntricos, las víctimas. Incluso están quienes tienen, no una, sino varias de éstas características combinadas.

En realidad, hoy no vamos a perder tiempo elaborando un catálogo y describiendo cada una de esas personalidades tóxicas. Mas bien vamos a tratar de identificar qué es, en esencia, lo que hace que una persona sea tóxica y qué efectos produce en nosotros, así como los pasos a seguir para minimizar los daños.

Entonces, ¿Cómo identificamos a una persona tóxica? 

¿Cómo sabemos que un producto que normalmente es bueno, como una fruta, se ha transformado en tóxico? Normalmente aparenta ser una fruta tan buena como las otras, pero la ingieres con todas las ganas, y al poco rato tu estómago da muestras de que algo anda mal. Desechas el resto de la fruta. Pero ya es tarde para evitar el malestar. Las consecuencias en tu organismo pueden ser variadas, desde dolor de estómago, pasando por fermentación, diarrea, hasta dolor de cabeza, o una reacción alérgica en la piel.

Lo mismo pasa con las personas tóxicas. Pones tu mejor buena voluntad. Las tratas sin prejuicios, incluso porque en ocasiones ni siquiera conoces bien a la persona, pero tarde o temprano el efecto negativo de su contacto se dejará sentir.

Piensa conmigo: ¿Qué te produce estar cerca de estas personas? Estabas alegre por un logro, y te demuestra en dos palabras que tuvo logros mayores. No pasa un minuto de la conversación sin que te hable mal de alguien, o sin lamentarse, o sin ponerse en el papel de víctima, o sin llamar la atención. Pone en duda las intenciones de tu esposo al regalarte un ramo de flores. Te pregunta tu profesión, y cuando le respondes, te habla de lo mal que lo pasan los profesionales de tu área. Le hablas de tu nuevo emprendimiento y te cuenta que ya lo ha intentado y no tuvo éxito, por lo tanto, no vale la pena que tú lo intentes. Ve lo negativo en todo. Llegas a preguntarte si no se cansa de actuar de esa manera. Pero no, no se cansa, porque lo hace naturalmente, sin darse cuenta.

La personalidad tóxica es una forma de ser, de ver la vida, de relacionarse. Puedes ser tú. Puedo ser yo.

Las personas tóxicas nos absorben la energía, nos debilitan emocionalmente y hasta físicamente a veces, tal como si comiéramos una fruta en mal estado. Una persona tóxica nos provoca malestar emocional y físico. Lo peligroso de esto no es solo la capacidad de malograr lo que tocan las personas tóxicas, sino que, si te quedas mucho tiempo en contacto con ellas, corres el riesgo de contagiarte.

Por eso, si ya identificaste a esa persona, algunos consejitos:

  • En caso de ser posible, evita el contacto, sin culpas.
  • Si no puedes evitar el contacto, porque es familiar, o tu jefe: Limita la interacción a lo estrictamente necesario.
  • amable en tus interacciones, pero breve
  • No le des datos para alimentar su toxicidad, es decir, no le cuentes demasiado de tu vida y proyectos.
  • No intentes cambiar su punto de vista, perderás tu tiempo y terminarás agotado.
  • No intentes cambiar su actitud. Puede cambiar con la ayuda de Dios si quiere, y tu ejemplo silencioso puede ser de gran ayuda.
  • Acepta a esa persona tal y cual es. Amala.
  • Impermeabiliza tus emociones. Prepárate para los encuentros necesarios con esa persona. Responde siempre com amor, alegria, paz, longanimidade, bondad, fidelidad, mansedumbre, domínio próprio. (Gálatas 5: 22, 23).

Dice la palabra de Dios:

«Debes saber también que en los últimos días, antes de que llegue el fin del mundo, la gente enfrentará muchas dificultades. Habrá gente egoísta, interesada solamente en ganar más y más dinero. También habrá gente orgullosa, que se creerá más importante que los demás. No respetarán a Dios ni obedecerán a sus padres, sino que serán malagradecidos y ofenderán a todos. Serán crueles y violentos, no podrán dominar sus malos deseos, se llenarán de odio, dirán mentiras acerca de los demás, y odiarán todo lo que es bueno. No se podrá confiar en esos orgullosos, porque actuarán sin pensar. En vez de obedecer a Dios, solo harán lo que les venga en gana. Dirán que aman y respetan a Dios, pero con su conducta demostrarán lo contrario. A éstos evita”

(2 Timoteo 3: 1-5)

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