Junio es un mes dedicado a la concientización de la donación de sangre. En este periodo, campañas por todo el mundo buscan mostrar la importancia de este acto, mientras se captan nuevos donantes.
Pero… pensándolo bien: Si es necesario separar 30 días en el año para hablar de la importancia de ser un donante, ¿será que todavía faltan muchas personas que no están en el equipo?… tal vez tú eres uno de ellos.
Si este es el caso, esperemos que hasta finalizar este artículo, puedas percibir que una simple actitud, puede salvar la vida de muchas personas.
Pero antes de decir porqué debes ser un donante regular de sangre, es importante conocer un poco más sobre este líquido rojo y entender por qué falta sangre en los bancos de recolección.
Un adulto tiene, en promedio, entre cinco y siete litros de sangre. Este, que es un tejido conjuntivo – como los huesos y los cartílagos – se fabrica en la médula ósea. Además, la función de la sangre es servir como medio de transporte para el oxígeno, vitaminas, células de defensa y residuos que serán eliminados.
La sangre puede dividirse en cuatro partes. Los hematíes (transportan oxígeno), los leucocitos (Son la defensa del organismo), las plaquetas (responsables de la coagulación) y el plasma (transporta agua, sales minerales y proteínas). ¿Percibes como en una gota de sangre, tenemos todo lo que es de esencial para la vida?
Ser un donante de sangre regular es un acto de generosidad, pero menos de la mitad de las donaciones realizadas en América Latina y el Caribe vienen de donaciones voluntarias, es decir, donaciones realizada sin vínculo con el paciente. La meta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es que este número llegue al 100%. Sólo así habrá suministro de sangre suficiente y seguro para las transfusiones.
Pero, ¿por qué hay pocos donantes de sangre?
Hay muchas razones por las que todavía es bajo el número mundial de donantes de sangre. Además de los impedimentos de salud como el peso y algunas enfermedades, también existen otros factores que impiden la donación como: embarazo, lactancia y viajes recientes a lugares con riesgos de epidemia. Sin embargo, la cantidad de personas que buscan un banco de sangre sigue siendo preocupante. ¿Por qué sucede esto?
Uno de los motivos puede ser que existen algunos mitos sobre la donación de sangre. Hay personas que creen, por ejemplo, que el cuerpo quedará débil con una cantidad menor de sangre. Esto no es correcto ya que tenemos cerca de cinco litros de este líquido rojo en el cuerpo, y en la recolección se retiran sólo 450 mililitros. Y en hasta 72 horas, el organismo repone la cantidad donada.
Existe el miedo a la aguja también, que aleja a mucha gente de ese compromiso. Pero vamos a ser sinceros, aunque sea doloroso por un instante, ¿no vale la pena hacerlo para salvar la vida de hasta cuatro personas?
Otro problema es que muchas ciudades no tienen la estructura para la recolección de sangre. Por esta razón, para que una persona pueda hacer la donación, es necesario recorrer algunos kilómetros hasta el banco de sangre más cercano. Esto hace que sea “difícil» y muchos desisten o no se animan a realizar la donación.
Sin entrar en los méritos políticos del tema, sino analizando lo que se puede hacer individualmente: ¿Es tanta la distancia a recorrer, que no vale la vida de un ser humano? ¿Cuántos lugares visitamos sin medir esfuerzos, mientras consideramos excesiva la distancia hasta un hemocentro?
Finalmente, uno de los grandes impedimentos para el aumento de donantes regulares de sangre, tiene que ver con los hábitos de vida. Es casi lógico: “una vida sana, una sangre sana”. Para convertirse en un donante regular de sangre, la persona debe tener una rutina de descanso, buena alimentación y estar libre de gripes y resfriados por lo menos durante siete días. Pero con la rutina de vida descontrolada, muchos incluso deciden ser un donante, pero al responder un cuestionario sobre su salud, son imposibilitados de hacer la donación. Con eso, vuelven a casa frustrados con la negativa. Si más personas tuvieran buenos hábitos de vida, los bancos de sangre estarían con mayor volumen, sin dudas.
Un acto de amor: Ser Un donante regular de sangre.
Cada año, alrededor de 108 millones de personas, dedican un tiempo para donar sangre voluntariamente. El número sigue siendo bajo, de acuerdo con las organizaciones de salud. Otra cuestión es que la mitad de esas donaciones, ocurren en países de alto ingreso, donde se concentra sólo el 20% de la población mundial. Es decir, los países que más lo necesitan, son los que tienen menos donantes.
Lo que marca la diferencia, son las personas que regularmente buscan un banco de sangre para hacer la donación. Independientemente de si conocen o no un paciente, estos donantes ya son fieles al movimiento y prácticamente, fans de donar regularmente.
La decisión de ser un donante regular de sangre es un proceso de responsabilidad social, pero además, ésta también es una decisión espiritual. La actitud de donar tiempo, esfuerzo y energía a una persona desconocida, es algo humanamente inexplicable. Hoy, aun con toda la seguridad de este proceso, todavía faltan donantes de sangre porque aquellos que podrían ser y no lo son, se permiten ser guiados por actitudes egoístas.
Quien se permite ser guiado por Cristo, en consecuencia amará a su prójimo sin recibir nada a cambio. Además, Jesucristo donó todo para que usted donara un poco. Considere una gran bendición poder ser un donante y no ser alguien que esté con la salud frágil o necesitando donaciones.
¡Decide ser la esperanza de alguien, independientemente de lo que tienes que hacer para ser este héroe!
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