El día 4 de febrero es el Día Mundial del Cáncer. Lejos de ser un día de conmemoración, esta es una fecha importante en el calendario de la salud mundial. En cada campaña en combate a la enfermedad, hay un aumento de la conciencia y la educación en relación al problema.
Cómo prevenir el cáncer sigue siendo uno de los principales cuestionamientos sobre el tema. Por eso, invitamos al cirujano oncológico y director de salud adventista, Rogério Gusmão, para hablar sobre el tema.
¡Este debate es importante, porque la carrera es contra el tiempo! Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) para el 2030 tendremos una cifra estimada de 27 millones de casos de cáncer, 17 millones de muertes por cáncer y 75 millones de personas vivas, anualmente, con cáncer en el mundo.
Por eso, saber qué hacer para prevenir el cáncer sigue siendo el mejor remedio!
Antes que nada, ¿qué es el cáncer? ¿Cada tumor es cáncer?
Cáncer es un grupo de más de un centenar de enfermedades diferentes, que tiene su origen en el núcleo celular, haciendo que una célula, por diversos motivos, sufra una mutación y pase a multiplicarse de forma rápida y desordenada. Incluso, pudiendo invadir otros tejidos, enviando células cancerígenas a otros órganos, proceso conocido como metástasis. Estas células cancerígenas, normalmente no cumplen las funciones orgánicas del tejido original, pero se alimentan de forma intensa de los nutrientes provistos por el organismo. Cada especie celular puede originar un cáncer diferente, aunque sea del mismo tejido.
¿Qué personas son más susceptibles a desarrollar la enfermedad?
Puedo decir que son cinco grupos diferentes de personas. Primero, quien ya tuvo la enfermedad una vez, pues tendrá que convivir con la posibilidad de una recaída (regreso de la enfermedad original). Además de la elevada posibilidad de desarrollar un segundo cáncer primario (nuevo cáncer diferente del original), ya que algunas de las defensas fisiológicas de esta persona no fueron tan eficientes.
Segundo, quien tiene algún familiar que tuvo cáncer, esto porque compartimos genes comunes con los parientes y porque apreciamos los mismos hábitos de vida que la familia.
Tercero, aquellos que mantienen en su estilo de vida hábitos de riesgo para el cáncer como fumar, beber, alimentarse mal y con exageraciones, exposición a la radiación y el sedentarismo.
Cuarto, la obesidad, ya que normalmente está relacionada con el estilo de vida y la diabetes tipo 2, que también aumenta el riesgo de cáncer.
Por último, la edad, aunque el cáncer puede ocurrir en cualquier grupo de edad, es más frecuente en edades más altas. En esta fase de la vida, ocurren más fallas en nuestro sistema de multiplicación celular.
¿Cuáles son los hábitos de vida que favorecen el desarrollo del cáncer?
Comer más de lo necesario, llevando al sobrepeso y la obesidad, ingerir alimentos con alto contenido de grasa animal, embutidos y multiprocesados. Además, el uso en exceso de carbohidratos simples, pues promueve hiperinsulinemia, que también está asociada a la obesidad. Luego de las causas alimentarias, podemos nombrar el tabaquismo, el sedentarismo, la exposiciones a radiación y agentes agresivos externos, comportamiento sexual de riesgo, infección por virus y bacterias y alcoholismo.
¿Cuál es el mejor remedio en la prevención contra el cáncer?
El mejor remedio es un estilo de vida saludable. Mantener un peso ideal, tener una rutina de ejercicios físicos y comer lo necesario para la edad. Hacer uso de una dieta rica en verduras, frutas y cereales, con bajo contenido de grasa animal y carbohidrato simple. Abandonar el tabaquismo, el comportamiento sexual de riesgo y el exceso de exposición a la radiación.
¿Por qué el cáncer no es un diagnóstico de muerte?
Primero, como acabamos de decir, hay prevención. Y, si incluso con un estilo de vida saludable, la enfermedad aparece, los buenos hábitos van a favor del tratamiento.
Segundo, porque es una enfermedad curable. La mayoría absoluta de los cánceres son curados y, algunos, hasta con cierta facilidad cuando se diagnostican al inicio de la enfermedad. Por lo tanto, es importante siempre consultar a su médico y realizar los exámenes de detección orientados por él.
Y, por último, porque es una enfermedad tratable. Y, aunque la etapa de descubrimiento no ofrezca posibilidades de curación, todavía existen tratamientos que pueden hacer que la enfermedad sea tratable por muchos años, siendo posible controlar el problema y mantener una buena calidad de vida.
¿Qué puedes decirle a alguien que ha recibido este diagnóstico recientemente?
En primer lugar que elija un centro de tratamiento especializado con profesionales experimentados en el tratamiento y seguimiento de esta enfermedad. Además que confíe en los profesionales elegidos y en el tratamiento implementado.
Que no pierda tiempo, que haga su parte en el menor tiempo posible, que no huya y no procrastine. Por más que se sienta asustado que enfrente el problema de frente y con confianza.
¡Y finalmente, busque apoyo! Además del profesional, el apoyo familiar, de los amigos y de Dios, pues esas bases van a traer la fuerza necesaria para vencer.
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