Cuida tu filtro sanguíneo.

Muchas patologías renales son silentes, no presentan síntomas en su etapa inicial, ¿Cómo saber si estamos frente a una enfermedad renal?

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12 de marzo de 2020

Enfermedades Renales

Nuestros riñones son órganos que, cuando están saludables, limpian la sangre eliminando el exceso de líquidos, minerales y deshechos. También producen hormonas que mantienen a los huesos fuertes, y la sangre la mantienen en buenas condiciones.

Pero si los riñones están lesionados no pueden funcionar correctamente, y entonces sucede que comienza la acumulación de situaciones peligrosas para el organismo. Por ejemplo: puede elevarse la presión arterial, el cuerpo puede comenzar a retener líquidos en más cantidades de lo que debiera, incluso no producir suficientes glóbulos rojos.  Este conjunto de síntomas puede corresponder a lo que se conoce como insuficiencia renal.

Lo cierto es que si sus riñones fallan, necesitará un tratamiento para reemplazar las funciones que ellos realizan normalmente.  Por eso vamos a conocer un poco más respecto de las Enfermedades Renales.

Sucede frecuentemente que desconocemos cuál es la real importancia de los riñones para la salud integral de nuestro cuerpo. ¿Cuál es su función específica?

¡Son muy importantes! Los riñones de víctimas pasaron a victimarios. Resulta que la liberación de hormonas que son mediadores químicos, son muy sensibles a la lucha que se produce entre un antígenos y los anticuerpos propios de cada ser humano.

Y resulta que muchas veces, para esa lucha antígeno vs. anticuerpo, no hay edad, y nos encontramos con criaturas que ya padecen de una insuficiencia renal por gérmenes que lo han afectado gravemente (especialmente por el estreptococo betahemolítico, causante del peligroso Síndrome Urémico Hemolítico). Estamos expuestos a cepas nefritogénicas, o sea: cepas que dañan al riñón. Y lo dañan de manera grave. 

¿Hay una clasificación puntual para las enfermedades que afectan a los riñones?

Sí, podríamos clasificarlas en: 

  • Enfermedades pre-renales: son enfermedades que surgen en otros órganos, como por ejemplo una insuficiencia cardíaca.  Notemos que los riñones deben purificar unos 180 litros de sangre por día, y el pobre riñón, ante una insuficiencia cardíaca pre-existente, el riñón queda relegado y  no recibe la cantidad de líquido que necesita para trabajar. Otro caso de este tipo de enfermedades es una Sepsis, que es una infección generalizada, en donde puede presentarse claudicación multiorgánica, y el riñón se lleva la peor parte.

  • Enfermedades renales: son las que presenten en el parénquima, en el riñón propiamente dicho. Ese riñón que tiene como una forma de habichuela, o de poroto. La parte externa, es decir la corteza renal, es la que filtra. Ahí encontramos a las nefronas, que a su vez tienen un órgano especial llamado glomérulo, que se daña por causa de muchas enfermedades de lo más diversas. En lenguaje coloquial decimos que “paga los platos rotos” de muchas patologías:  diabetes, hipertensión y toda otra enfermedad que pueda llegar a alterar a una arteria. También enfermedades tan conocidas como es la ateroesclerosis, porque si la persona tiene dislipidemia (colesterol alto), triglicéridos altos, estoy dañando también las arterias renales. Puesto en un ejemplo de la vida cotidiana: es como si se dañara el filtro de gasoil de un vehículo.  El trabajo que realizan es más o menos así: entra la sangre por la arteriola aferente a esa porción de nuestro organismo que tiene múltiples poros, y ahí purifica; y después está la arteriola eferente que es la que trae de regreso a esa sangre ya purificada y lista para recircular.  Dentro de las Enfermedades Renales propiamente dichas debemos diferenciar también a las Agudas y Crónicas.

  • Enfermedades post-renales: son enfermedades mayormente obstructivas. Pueden producirse por alguna malformación, o porque hay litiasis (cálculos renales) que impide que el riñón por vía de los uréteres pueda vaciarse bien. También pueden causarse por tumores, incluso tumores que no sean específicos del riñón, sino tumores que presionen el uréter y entonces tampoco se produce de buena manera el necesario vaciado. En todos estos casos el riñón queda con un grado de hidronefrosis que es una gran inflación en el riñón porque no puede evacuar bien su contenido.

¿Qué aspectos puntuales de la conformación de nuestros riñones es importante que conozcamos y no olvidemos?

En la arteriola eferente hay un pequeño organito que recibe el nombre de mácula densa, y su función es contar los glóbulos rojos. Cuando el riñón se daña no hay quién le avise a la médula que “largue” los glóbulos rojos al torrente sanguíneo. ¡La médula está perfecta!, pero la encargada de liberar los glóbulos rojos no recibe esa orden necesaria.

Así es que encontramos muchos pacientes que presentan anemia, porque el riñón está claudicando y no le llega la información necesaria a la médula. Otra cosa: puede comenzar un desbalance en la glándula paratiroides, desbalance referido a las cantidades de calcio y fósforo. Sube el fósforo y baja el calcio

Cuando el paciente está con alguna enfermedad pre-renal o renal, esa necesaria regulación de sodio, potasio, magnesio, de los componentes mismos del agua, se ve afectada y le trae consecuencias que muchas veces resultan crónicas.

¿Las enfermedades renales se presentan con síntomas específicos?

Es interesante detenernos en ese punto porque muchas patologías renales son silentes, no presentan síntomas en su etapa inicial. Pero hay sintomatología que se vincula a enfermedades varias y que pueden ser el disparador para buscar si no están relacionadas con un daño a nivel renal: si un individuo presenta fiebre y/o ardor al orinar, ya es un claro indicio de que ese malestar puede deberse a un origen nefrourológico. A veces se confunde el dolor de cintura o dolor lumbar porque justamente los riñones están localizados en la zona lumbar. 

Al momento de la consulta médica, el profesional hará una puñopercusión, que son unos leves golpecitos en la zona mencionada, y enseguida puede detectarse si corresponde efectivamente a un problema lumbar o si el dolor proviene de la zona de los riñones.

Otro síntoma que puede presentarse es que la orina salga con una especie de espuma, y en este caso podemos estar frente a una proteinuria.  Lo normal es que el riñón se quede con lo que sirve y largar lo que no sirve (urea, metabolitos y otras sustancias). Pero si ese filtro natural está dañado y se maneja mal, comienza a perder proteínas, y son justamente esas proteínas las que producen la espuma que se ve al orinar.

Mencionamos también la poliuria, es decir:  orinar mucho más de lo que habitualmente lo hacía, o puede presentarse también la situación que la persona orina mucho más de noche que de día siendo que no tomó cantidades importantes de líquido justo antes de acostarse. Si estos síntomas permanecen por un par de días, debe llamar la atención y consultar al médico sin más demora.

Un síntoma más que debe captar nuestra atención: la coluria. Cambia de color la orina. Salvo en los específicos casos en los que un medicamento ingerido o alguna comida, como la remolacha, que por sí mismos producen cambio en el color de la orina, pero si sin ninguna de estas causas sucede que la orina comienza a estar más oscura, más densa, o con hematuria (presencia de sangre en la orina) ameritaría por lo menos a realizar un análisis para descartar alguna patología nefrourológica.

¿Por qué comenzó este diálogo diciendo que el riñón pasó de ser víctima a victimario?

Porque durante mucho tiempo se pensó que el riñón, pobrecito, era la víctima que se dañaba por causa de otros órganos o de falta de ingesta de líquido u otras tantas causas.  Pero el riñón libera una serie de hormonas, de protaglandinas, que pueden hacer que el riñón mismo genere hipertensión arterial.

Encontramos entonces pacientes que llegan a la consulta con una hipertensión marcada, y resulta que eso proviene del riñón directamente. Y lo peligroso del caso es que la hipertensión suele ser asintomática, o sea, el paciente no siente nada ¡no se siente mal!, pero resulta que ya está cursando una enfermedad renal en algún grado.  Por eso es de buena práctica que todas las personas se controlen regularmente la presión arterial, pues puede ser la primera manifestación de lesión renal.

¿Cuál es la mejor manera de que cuidemos nuestros riñones a lo largo de toda la vida?

Los riñones necesitan agua para funcionar bien. Si bien el órgano que más agua necesita es el cerebro, pues cada neurona está compuesta por un alto porcentaje de agua, también la sangre es un líquido compuesto en gran parte por agua, los riñones necesitan sí o sí del agua para poder trabajar como es apropiado y realizar el filtrado que el organismo necesita.

Toda persona debe beber por lo menos 8 vasos grandes de agua por día, digamos por lo menos 2 litros de agua por día.  Si usted acostumbra tomar otros líquidos, y todo líquido hace su aporte hídrico, tenga en cuenta que nada reemplaza al agua.

Si la persona es de mucho transpirar habitualmente, o realiza una actividad que lo hace transpirar mucho: deporte, esfuerzo físico, etc., debe tener especial cuidado en incrementar el consumo de agua para compensar esa pérdida adicional que se produce a través de la transpiración. 

No espere a sentir sed o a tener la sensación de lengua seca para recién ir a beber agua, porque esos sencillos síntomas ya son una clara muestra de que está deshidratado.  Hay que mantenerse sin esos estados de deshidratación para asegurarnos que la cantidad de líquido que estamos incorporando a los riñones es la suficiente para que puedan trabajar bien.  Una buena práctica es beber un vaso de agua en ayunas, apenas se levanta, y luego continuar a lo largo del día con una buena ingesta, nunca menor a 2 litros. 

Pero tampoco es bueno beber agua en exceso, porque aunque parezca un mal menor, puede producir que se diluya tanto que termine con  cantidades muy bajas de sodio.  Esto se conoce con el nombre de potomanía (beber agua en demasiadas cantidades). Estas cantidades muy bajas de sodio también son causales de problemas renales. Todos estos procesos tienen relación con la densidad urinaria, cuyos valores normales son entre 1.010 y 1.025 y se miden con un análisis.  

Cuidemos también a nuestros riñones haciendo prevención de las enfermedades que conocemos como “enfermedades del estilo de vida”:  diabetes, hipertensión, y también las llamadas “enfermedades del colágeno o reumatológicas” porque en estas enfermedades se da la lucha antígeno vs. anticuerpos que mencionábamos en el inicio de la entrevista, el riñón es un órgano muy sensible a esa lucha y puede resultar dañado.

Entrevista a Dr. Flavio Rodríguez Nefrología – SANATORIO ADVENTISTA DEL PLATA

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