Es sabido que las personas religiosas son menos ansiosas. Es fácil comprender por qué, ya que el efecto de la fe es benéfico también para el cuerpo. La ansiedad es un sentimiento que, después de ser procesado por el cerebro, provoca descargas de adrenalina en el organismo. Esta hormona acelera el ritmo cardíaco y eleva la presión arterial. La exposición crónica a esta, contribuye en el surgimiento o agravamiento de enfermedades cardiovasculares y gastrointestinales. Además, la ansiedad debilita las el sistema inmunológico del organismo. En ese momento es cuando el burnout “incendia” todo.
El Dr. Herbert Benson promueve una nueva comprensión de la fisiología envuelta en esa fe capaz de curar. Él observó que entre el 60% y el 90% de las consultas médicas envuelven enfermedades relacionadas con el estrés – incluida la hipertensión, esterilidad, insomnio y problemas cardiovasculares – sin embargo, demostró que el estado de relajación provocado por la oración y la meditación reducen el impacto de las hormonas del estrés, tales como la adrenalina y la noradrenalina. Por lo tanto, creer en algo más allá de la vida terrestre ayuda a ser feliz y, consecuentemente, a encarar problemas con optimismo, incluyendo enfermedades.
La verdadera religión, que brota del corazón y se somete a la voluntad de Dios, provee la serenidad y el equilibrio necesario para una vida de paz y alegría. Como dijo una cantante cristiana: “Antes de conocer a cristo, llevaba una vida triste, con pocos momentos de alegría; hoy vivo una vida feliz con pocos momentos de tristeza.” La religión amplía los horizontes y da la certeza de que no necesitamos enfrentar las luchas solos.
Don Claudio Hummes dice que “la modernidad fracasó en la medida en que excluyó la trascendencia divina y quiso deificar al hombre, a quien, en verdad le quitó todos los horizontes para superarse y salir de la prisión egocéntrica. La fe cristiana, por otra parte, apunta a una esperanza real”. Y la esperanza nacida por fe continúa y continuará siendo un santo remedio.
Beneficios de la religión:
- La certeza de que estamos no solos y podemos contar con el poder infinito de Dios.
- El sentido de pertenecer a una familia/comunidad.
- La liberación del sentimiento estresante de culpa por medio de la confesión y el perdón.
- La consciencia del origen y del destino humano, también nuestro lugar en la universo.
- La serenidad, equilibrio moral y felicidad.
- El refuerzo de la autoestima porque sabemos que fuimos creados por Dios y a su imagen.
- La adoración y el servicio por los otros no lleva más allá de nosotros mismos y nos da un sentido de utilidad.
Pastillas antiestrés:
Aquellos que leen la Biblia se dan cuenta que ella está repleta de “Dosis de esperanza.” Hay textos que son verdaderas “pastillas de antiestrés.”
“No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos.” Proverbios 3:7,8 (RV 1960)
“El corazón apacible es vida de la carne” Proverbios 14:30 (RV 1960)
“El corazón alegre constituye buen remedio; Mas el espíritu triste seca los huesos.”(Proverbios 17:22)
“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” (Juan 14:27)
“No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? […] Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” (Mateo 6:31,33)
“Jehová es mi pastor; nada me faltará.En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.” (Salmos 23:1,2,4)
Michelson Borges, Editor de la revista Vida e Saude
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