La cocina es el lugar más importante de la casa. ¡Sirve a toda la familia, por eso también es importante tener a los niños en ella!
Es allí donde surgen los contenidos más dinámicos de una familia. Es en esta habitación tan especial de la casa donde los niños pueden aprender buenos hábitos alimenticios y aprovechar muchas otras ventajas de por vida.
Esto se debe a que durante la preparación de una receta, puedes explicar a los más pequeños qué alimentos estás usando y cuáles son sus beneficios para la salud.
En estos momentos, lo ideal es contextualizar utilizando un lenguaje lúdico. Por ejemplo: en lugar de decir que la harina integral es rica en fibra, digamos que es muy buena para la piel y deja la barriga (el intestino) funcionando correctamente eliminando todas las impurezas del cuerpo.
Esta es una buena manera para que los niños aprendan más sobre los beneficios de un ingrediente y, por lo tanto, aumenten sus posibilidades de aceptar diferentes alimentos.
Además, terminan teniendo la oportunidad de estimular sus sentidos con respecto a la comida. Con la posibilidad de tocar la comida, sentir el delicioso olor, ver y preparar un platillo divertido y colorido … Y todo esto trae muchas más ganas de comer.
Entonces, la comida se convierte en más que un momento de comer. Se convierte en un momento de placer y curiosidad, donde se trabaja la confianza en uno mismo.
Y además tiene la oportunidad de entender, que preparar una comida, es un acto de amor.
Un niño en la cocina favorece los vínculos familiares
También es cierto que pasar tiempo en la cocina con los niños muestra grandes oportunidades para vincularse y hablar de valores, y todo esto de una manera relajada: jugando, comiendo y divirtiéndose.
Al preparar una receta, por simple que sea, el niño tiene la oportunidad de desarrollar la motricidad, comienza a tener sentido del orden y aplica las matemáticas en la práctica. Principalmente porque la secuencia y las proporciones son casi siempre importantes en las preparaciones culinarias, ¿verdad?
Así que permitir que el niño viva experiencias culinarias es capaz de generar diversos aprendizajes en diferentes áreas de su desarrollo.
Sin duda, también se trabaja la paciencia, ya que la comida no siempre está lista rápidamente.
Hay que respetar los procesos, calentar, enfriar, esperar… y esta virtud es muy útil durante la infancia.
Y marcará una diferencia total con el paso de los años, ya que tener paciencia es una herramienta fundamental para afrontar el estrés y la ansiedad.
Elegir mejor, incluso solo
Por último, la elaboración de su propia comida, incluso la más sencilla, estimula la autonomía del niño, contribuyendo a la construcción de una buena autoestima.
Como cocinar es una tarea importante, esta actividad inspira responsabilidad, colaboración y hace que los niños se sientan especiales.
Con el tiempo, los niños que viven esta experiencia, comienzan a razonar de causa a efecto, pudiendo elegir alimentos y preparaciones más saludables. ¡Incluso las queridas papas fritas pueden obtener una versión deliciosamente saludable cuando el niño se da cuenta de que la papa se puede asar y aún así quedar deliciosa!
Desde la pandemia del nuevo coronavirus, al necesitar quedarse en casa, muchas personas reactivaron la cocina y en el proceso tuvieron que llevar a sus hijos con ellos.
Al principio fue un caos. Luego, para los que perseveraron, la cocina ha cumplido su función de traer más salud, amor y compañerismo al hogar.
¿Viste lo importante que es tener a los niños en la cocina a tu lado? Fomenta esa actitud también en tu hogar.
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Terú Gouveia, presentadora del programa Vida y Salud en la TV Novo Tempo
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