Seguramente has oído hablar del ayuno como estrategia para conseguir mejores resultados en la salud física. Justo aquí ya hablamos del ayuno intermitente como forma de desintoxicar el organismo. Pero ¿qué pasa con el ayuno espiritual? ¿Conoces este?
En definitiva, el ayuno espiritual es aquel en el que alguien deja de comer por motivos relacionados con la fe.
Solo para darte un ejemplo, en la historia bíblica existen innumerables relatos de personajes que practicaban el ayuno como una forma de buscar a Dios y renovar sus fuerzas espirituales para afrontar las batallas que enfrentaban en sus ministerios e incluso en su vida diaria.
Si buscas una receta sobre cómo hacer de manera adecuada un ayuno espiritual, debes saber que la Biblia no presenta ninguna determinación rígida, porque uno de los aspectos más relevantes del ayuno espiritual es que es personal.
Esto demuestra que el ayuno espiritual no es un fin en sí mismo, sino un proceso que involucra un acto de adoración que es parte del crecimiento espiritual de cada persona.
Por eso, más importante que tratar de encontrar reglas fijas respecto al ayuno espiritual, es necesario encontrar, a través de la Biblia, las pautas que nos lleven a comprender el verdadero propósito de esta acción.
En este texto hablaremos de lo que dice la Biblia sobre el ayuno, sugiriendo los tipos de ayunos que puedes hacer y la preparación ideal para hacer un ayuno espiritual.
Relatos bíblicos de la práctica del ayuno.
Como ya hemos dicho, en la Biblia encontramos la práctica del ayuno espiritual –en forma de restricción alimentaria por un período de tiempo– en innumerables relatos de personajes bíblicos en momentos específicos.
De hecho, es posible ver que existen diferentes contextos que llevaron a estas personas a decidir ayunar. Vemos el ayuno en la Biblia en situaciones como:
- Búsqueda de purificación y preparación espiritual;
- Adoración y devoción;
- Luto y tristeza;
- Guía divina para la toma de decisiones.
Algunos ejemplos de la práctica del ayuno en la Biblia
Todos los israelitas debían pasar el Día de la Expiación en ayuno, oración y examen de conciencia (Levítico 16).
Cuando Ester supo que su pueblo estaba en peligro de morir, llamó a los judíos de la ciudad de Susa a ayunar juntos durante tres días (Ester 4:15-17) y, así, intentar revertir el decreto emitido por el rey Asuero.
La muerte del rey Saúl llevó al pueblo a ayunar durante siete días en señal de luto (1 Samuel 31:13).
Daniel ayunó durante 21 días en nombre de Jerusalén (Daniel 10:2-3).
Jesús, después de su bautismo, fue al desierto y ayunó durante 40 días (Mateo 4:2-4).
En todos los pasajes bíblicos que abordan la práctica del ayuno, la oración va acompañada de esta decisión. En otras palabras, el ayuno y la oración van juntos.
Por lo tanto, lo que hay que dejar claro es que el ayuno bíblico no tiene como objetivo hacer dieta, como ocurre con el ayuno intermitente o la huelga de hambre.
Dado que el ayuno espiritual no es un trato con Dios ni un acto realizado para ganar gloria de los hombres (Lucas 18:9-14), el propósito del ayuno espiritual es:
Sobre todo anteponer a Dios a nuestras necesidades físicas y dedicar tiempo enfocado en lo que nos acerca al Señor, sin distracciones. Por eso el ayuno siempre va ligado a la oración.
El ayuno espiritual es algo entre tú y Dios.
Por supuesto, el ayuno no pretende demostrar que eres más espiritual ni ganarte la aprobación de otras personas.
De hecho, Jesús impartió una clase sobre el ayuno para sus discípulos (Mateo 6: 6-18), porque en aquella época la gente ayunaba para parecer espiritual y recibir el aplauso de la gente.
Por eso Jesús aconseja:
“Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para que no parezca a los hombres que ayunas, sino a tu Padre en secreto; y vuestro Padre, que ve en lo secreto, os recompensará. (Mateo 6, 17).
Ten en cuenta que Jesús no dedicó tiempo a explicar el ayuno de alimentos, el ayuno parcial, el ayuno total o el ayuno de otros elementos.
Se centró en el propósito del ayuno: agradar a Dios, establecer una conexión intensa con Él y no mostrarse a los demás. El ayuno es algo personal entre tú y Dios, esta es la forma correcta de ayunar.
Algunos tipos de ayuno
Entendemos que el ayuno espiritual es para todo aquel que quiera experimentarlo, pero también sabemos que cada uno tiene una rutina diferente y condiciones de salud específicas.
Por ello, te proponemos 4 tipos diferentes de ayuno para que elijas el que mejor se adapta a tu realidad:
- Completo: abstención total de comida y agua. En la Biblia, el personaje Saulo de Tarso, después de encontrarse con Jesús en el camino a Damasco, se abstuvo de alimentos sólidos y líquidos durante tres días y tres noches (Hechos 9:9).
- Parcial: absteniéndose de alimentos sólidos, pero continúa bebiendo agua. Se cree que Jesús, cuando ayunó 40 días y 40 noches en el desierto, se abstuvo únicamente de alimentos sólidos (Mateo 4:2).
- Determinado: es el ayuno que realizan quienes no pueden prescindir de ingerir alimentos, de esta forma la persona opta por por ejemplo, prescindir de comer dulces, alimentos procesados, carnes, alimentos estimulantes. En otras palabras, renuncias a algo que realmente te gusta.
- De base líquida: ayuno donde solo se consumen líquidos, como: agua, caldos, jugos y tés sin azúcar.
Importante: ayunar no se trata sólo de no comer
Toda esta variedad de las formas de ayunar nos deja claro que no se trata sólo de eliminar alimentos de la dieta. En otras palabras, ayunar no se trata sólo de no comer.
Cuando optes por el ayuno determinado o líquido, ten en cuenta que lo más importante es saber elegir alimentos de calidad durante este periodo, como frutas, verduras y zumos directamente de la fruta.
Además, un período de ayuno puede implicar abandonar hábitos cotidianos, como mirar televisión o usar las redes sociales, lo que puede alterar su concentración en una conexión intensa con Dios. Abstenerse de este tipo de hábitos también puede ser una forma de ayuno en sí misma.
En definitiva, cada persona puede elegir cómo desea ayunar, lo importante es que sea de acuerdo con su propósito y experiencia con Dios.
¿Cómo prepararse para un ayuno espiritual?
- Oración: Pídele a Dios que te guíe antes de vivir esta experiencia.
- Consultar a un médico: Para saber si existen restricciones; Para mujeres embarazadas, personas hipertensas y diabéticas no se recomienda el ayuno completamente restrictivo.
- Determinar el tiempo de ayuno: Si no estás acostumbrado a ayunar, comienza con un ayuno corto de medio día, saltándote una comida o ayunando de líquidos y determinados alimentos.
- Decidir qué no vas a comer: Son más adecuados los ayunos completos y parciales para periodos cortos y los ayunos determinados o líquidos de varios días a profesiones con desgaste físico.
- Organizar la agenda: Organiza tus compromisos familiares y profesionales durante el ayuno y establece tiempos de oración.
- Consumir comidas ligeras antes de iniciar el ayuno: Comer demasiado antes puede provocar un shock en el sistema; Evita el azúcar y la cafeína para evitar sufrir síntomas de abstinencia.
- Establecer el objetivo del ayuno: ¿Por qué ayunaré? ¿Para fortalecer mi relación con Dios? ¿Para obtener respuestas? ¿Para mostrar arrepentimiento? ¿Por liberación? ¿Para interceder por alguien? ¿Por salud? Ten en cuenta tu objetivo.
¿Qué hacer durante el ayuno?
- Ten tus momentos de oración.
- Bebe agua con frecuencia; ¡No ayunes sin agua!
- Si te siente mareado, muévete más lentamente y descansa.
- Evita situaciones en las que te sientas tentado a comer, como fiestas y reuniones sociales.
- Si sientes dolor de cabeza o te sientes mal, bebe más agua o come algo saludable, como fruta o frutos secos, y continúa con tu propósito.
- Aprovecha la hora de la comida para orar y leer la Biblia.
- Piensa y medita en las cosas de Dios.
- Guarda silencio para escuchar la voz de Dios.
- Practica la bondad a tu alrededor. ¡El ayuno debe provocar actitudes positivas! No permitas que el mal humor del hambre influya en tus relaciones. Si este es el caso, lo mejor es romper el ayuno.
- Si sientes que debes parar, ¡detente! No continúes sólo por cumplir un objetivo.
¿Cómo terminar el ayuno espiritual?
Finalmente, al finalizar el período de ayuno espiritual, la comida debe ser ligera. De lo contrario, puede producirse una sobrecarga con reacciones como diarrea, aumento de la glucosa en sangre y aumento de la presión arterial.
Termina tu ayuno con un espíritu de gratitud a Dios por darte la fuerza para vivir esta experiencia.
De hecho, puedes registrar en un cuaderno los aprendizajes y momentos especiales de oración que experimentaste mientras hacías ayuno espiritual. Luego intenta releer tus notas.
¿Y qué te parece incluir la práctica del ayuno en tu vida? Es una experiencia sobrenatural que puede cambiar los resultados en tu día a día…
Volver