En los últimos años, las apuestas online —conocidas como bets— se han vuelto omnipresentes en la vida cotidiana de los brasileños. Ya sea en los entretiempos de los partidos de fútbol, en las redes sociales o en aplicaciones móviles, la promesa de ganancias fáciles está siempre al acecho. Sin embargo, lo que comienza como entretenimiento puede convertirse rápidamente en un serio problema de salud mental.
El lado oculto de las bets
Las apuestas online están diseñadas para ser envolventes y accesibles. Con tan solo unos clics, es posible apostar en deportes, juegos de casino e incluso realities. Esta facilidad, combinada con la promesa constante de recompensa, puede llevar al desarrollo de un trastorno conocido como ludopatía o trastorno del juego.
Según especialistas, la adicción a las apuestas online se caracteriza por un comportamiento repetitivo y persistente, incluso cuando esto trae perjuicios a la vida personal, familiar o profesional. Se estima que alrededor del 1,5% de la población brasileña sufre este problema —y la cifra tiende a crecer con la popularización de estas plataformas.
Más allá del juego: cómo las apuestas afectan la mente y el hogar
¿Qué pasa en el cerebro?
Las apuestas activan el sistema de recompensa del cerebro, liberando dopamina, el neurotransmisor del placer. Por eso, cuanto más se apuesta, más difícil se vuelve sentir satisfacción en otras actividades cotidianas.
Además, regiones cerebrales que controlan la toma de decisiones y el autocontrol, como la corteza prefrontal, se vuelven menos activas en personas con este trastorno. Esto debilita la capacidad de resistir el impulso de apostar, incluso cuando la persona ya reconoce los perjuicios.
Impactos en la salud mental y la vida social
La adicción a las apuestas online no afecta solo al jugador. De hecho, se extiende como un efecto dominó. Entre los principales impactos, se encuentran:
- Ansiedad y depresión: provocadas por la culpa, las pérdidas financieras y la frustración.
- Deudas e inestabilidad económica: que afectan al entorno familiar y la seguridad del hogar.
- Aislamiento social: ya que el comportamiento compulsivo puede alejar a amigos y familiares.
- Problemas laborales: como disminución del rendimiento e incluso despidos.
Factores de riesgo
Algunas personas son más vulnerables a la adicción a las apuestas online. Por ejemplo, quienes empiezan a apostar muy jóvenes —antes de los 18 años— corren más riesgo. Asimismo, quienes ya enfrentan trastornos como ansiedad o depresión también son más propensos.
En otras palabras, el juego puede convertirse en una forma de escapar del sufrimiento emocional. Por eso, es fundamental prestar atención a los signos.
Caminos hacia la recuperación
A pesar del panorama preocupante, hay esperanza. El trastorno del juego puede tratarse con:
- Terapia cognitivo-conductual: ayuda a reprogramar pensamientos y comportamientos.
- Grupos de apoyo: como Jugadores Anónimos, que ofrecen acompañamiento emocional.
- Medicamentos: en algunos casos, pueden ayudar a controlar los impulsos.
- Campañas de concientización: que orientan sobre los riesgos y previenen recaídas.
Es decir, no hace falta enfrentar esto solo.
Conclusión
Las apuestas online prometen emoción y ganancias rápidas. Sin embargo, esconden riesgos reales y profundos para la salud mental. La adicción a las bets ya es una realidad que afecta a miles de personas. Por eso, hablar del tema, buscar ayuda y promover una cultura de información y cuidado es más urgente que nunca.
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