Desde 2002 hasta 2017, la tasa de suicidio entre los jóvenes aumentó un 10%. Por más que ese crecimiento haya sido lento, fue constante, lo que encierra una preocupación entre los expertos. Saber reconocer cuando un adolescente considera la muerte como una posibilidad, es la mejor prevención que existe.
La Organización Mundial de la Salud añadió el trastorno de los juegos electrónicos como una enfermedad mental, la compulsión obsesiva en los videojuegos fue reconocida como una preocupación internacional de salud pública.